"Tan lejos que está Finlandia! Y qué lejos estamos de sus resultados.
Cuando, hace ya 30 años… los finlandeses analizaron los resultados de sus estudiantes en las pruebas internacionales… concluyeron que la proporción de alumnos que obtuvieron bajos resultados en matemática era mucho menor en Finlandia que en cualquier otro país (6% contra un 21% de la media de países de la OCDE). Este dato se relaciona con el hecho de que los alumnos finlandeses tienen una gran confianza en sí mismos, en sus competencias y en su potencial de aprendizaje. El nivel de ansiedad relacionado con el aprendizaje de matemáticas aparece claramente como más bajo que en otros países.
Finlandia es un país donde las desigualdades se corrige mejor a través de la educación; es un país donde las diferencias de capacidad entre niños y niñas son las más bajas y dónde los alumnos tienen una valoración muy positiva de ellos mismos en relación al aprendizaje.
¿Claves del éxito finlandés?
1.Cada alumno es importante. Finlandia pone al alumno en el centro, en el eje de la acción educativa, antes que los conocimientos. No se trata de una declaración lírica: un profundo análisis de las necesidades reales de cada alumno es lo que está detrás del notable éxito del sistema, pacientemente construido en 30 años de reforma. La idea de que un alumno contento, bien desarrollado, es libre de progresar a su ritmo y adquirirá con mayor facilidad los conocimientos fundamentales. No es el anhelo de algún pedagogo iluminado: es simplemente la idea que orienta la acción de todos: el Estado, las municipalidades, los directores, los profesores… Finlandia respeta profundamente los conocimientos, pero respeta aún más a los niños y jóvenes que están en proceso de adquirirlos.
El tamaño moderado de los establecimientos (300 a 400 alumnos en una escuela; 400 a 500 en un liceo) crea una atmósfera de proximidad y permite a los profesores y al director conocer personalmente a sus alumnos.
3.Profesores cercanos y autodisciplina.
El ambiente de la institución es distendido - incluyendo la vestimenta y la libertad de movimiento de los alumnos -, lo que no excluye, de modo alguno, una sorprendente autodisciplina. El robo es desconocido: los alumnos depositan sin temor sus ropas en un vestuario de libre acceso en el vestíbulo del establecimiento… Las bicicletas quedan estacionadas sin cadenas ni claves antirrobo. Los profesores tienen un elevado límite de tolerancia con relación a pequeñas faltas que en cualquier otro país europeo darían lugar, a menudo, a sanciones inmediatas."
Autor: Prof. Bartolomé Yankovic Nola, Editor
Fuente: Editorial Universidad de Talca - Portal Educativo